Dicen que este año, el pabellón 14 de Ifema era mucho más pequeño que los anteriores debido a la crisis, pero aún así, a mi me impresionó.
Todas las revistas de moda y belleza tenían su stand: Telva, con su ya famosa ruleta de la fortuna repartia regalos a todos los participantes; Yo Donna con unos fantasticos talleres en los que te enseñaban a hacer collares, broches y tocados. Stands de fotografías donde podías posar como una de las celebrities que por allí andaban y como no, se podían disfrutar de unos cócteles en el privado de Absolut.
Las blogger llenaban el centro de ordenadores publicando las tendencias del momento, los fotógrafos se quejan del retraso de los desfiles, y yo...allí, mirando todo con detalle y sin poder parar de sonreir.
Los famosos que allí estaban eran entrevistados por la prensa mientras unos técnicos cambiaban un foco fundido, todo tenía que estar perfecto. Y de repente, las luces se apagaron y un Dj en directo dio el pistoletazo de salida a todas aquellas chicas que desfilaban luciendo los diseños escogidos para la ocasión.
Juana Martín fue la que me hizo abrir los ojos como cuando era una niña y me despertaba el día de reyes, ilusión, alegría, sorpresa...no puedo describir todo lo que sentí.
En definitiva, a mi primera esperiencia en la CMFW le doy un 9, el punto que le falta para alcanzar la perfección es que las modelos sean más reales, ya que agunas rozaban la delgadez extrema
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